Localización del Proyecto.
Malawi tiene una población estimada de 19,13 Millones de habitantes (Banco Mundial, 2021). Su idioma oficial es el inglés (que habla un porcentaje mínimo de población) y el nacional el Chichewa. Hay otras lenguas bantúes habladas por diferentes grupos étnicos. Su capital es Lilongüe y su moneda Kwacha malauís.La mayor parte de la población de Malawi es creyente, un 99,39%. La religión más extendida es el Cristianismo en un 70,21%, seguida del Islam en un 14,6%.
Malawi cubre un área de 118.484 Km2. Limita al norte con Tanzania, al este y al sur con Mozambique y al oeste con Zambia y Mozambique. Su característica geográfica más importante es el Lago Malawi, situado en el extremo sur del Valle de Rift. Mide una media de 585 Km de largo y 75 Km en el punto más ancho. Cubre un área de 29.600 Km2 y cuenta con una enorme biodiversidad. El lago es la fuente del Río Sire, uno de los tributarios del Gran Zambeze. Si se tiene en cuenta toda la combinación de lagos, lagunas, ríos, etc. el 20% de la superficie de Malawi está ocupado por agua dulce.
Benga se encuentra en el Distrito de Nkhotakota. Está situado a 7 Km al este del Lago Malawi y a 30 Km al oeste de la reserva forestal de Ntchisi. Se encuentra a mitad de camino entre Salima y Nhotakhota, en la carretera que conecta Salima con Nkata Bay.
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El área de influencia de nuestro proyecto es el área de cobertura de la parroquia de Benga. Corresponde a la zona más rural, más carente de infraestructuras y de asistencia sanitaria y con el nivel socio económico más bajo del país. Cubre parte de los distritos de Nkhotakota, Salima, Dowa y Ntchisi. Los principales asentamientos son Thavite, Benga y Kapiri, situados a lo largo de la carretera Salima-Nkata Bay, Mwansambo, Nieje y Chipati hacia la Laguna de Chia y la reserva forestal de Ntchisi y Makho y Chirua en la orilla del Lago Malawi. La población se estima en 240.000 personas.
En la zona se encuentra nuestro principal centro de colaboración, el hospital de Alinafe, (centro sanitario que recientemente ha sido conectado al agua corriente y electricidad) es atendido por personal sanitario no médico.
Datos económicos y sociales.
Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional, posicionan a Malawi entre los países más pobres del mundo. El ingreso nacional bruto per cápita es de 370 USD según el Banco Mundial 2019.
El 51.5% de la población está por debajo del umbral de la pobreza y no tienen acceso a las necesidades básicas (Banco Mundial 2019), eso significa que más de la mitad de la población vive con menos de 1,90 dólares al día. Sus habitantes se enfrentan a enormes desafíos relacionados con la malnutrición y la falta de acceso a servicios básicos como el agua potable y la atención médica.
El crecimiento del PIB ha sido muy variable en los últimos años, oscilando entre el 1 y el 6%. En 2020, el PIB de Malawi experimentó una contracción del 3,1% debido a la pandemia de COVID-19, sin embargo la economía creció un 2,8% en 2021.
Malawi tiene, según los últimos datos publicados en la UNESCO 2018, una tasa de alfabetización del 62,14%, siendo la tasa de alfabetización masculina del 69,75% y femenina del 55,2%. Según el Banco Mundial en 2018, el porcentaje de estudiantes que completan la educación primaria y pueden acceder a la educación secundaria en Malawi era del 20,6%, y sólo un 9% de los que terminan Primaria son capaces de hablar inglés, idioma de los recursos didácticos accesibles (Unicef 2010). La media de maestro por alumno es de 1/67 en la educación primaria, sin embargo, esta relación puede variar según la zona demográfica y la disponibilidad de recursos en las escuelas (UNESCO 2018).
Malawi no posee grandes recursos naturales aparte de la tierra, que está en riesgo constante degradación por la presión demográfica y los métodos rudimentarios de agricultura y pesca. La agricultura es actividad económica principal y también la fuente más importante de ingresos. El 90 % de la población se dedica a la agricultura de subsistencia. El tabaco proporciona alrededor del 60% de las divisas del país, el café, el té y el azúcar otro 15%. El país también exporta algo de uranio que proporciona otro 5% de los ingresos. (Fuente: UK Foreign&Commonwealth Office).
Climatología y sus consecuencias.
Las condiciones climatológicas adversas afectan a la agricultura. La agricultura depende de la lluvia, dejando la producción y la subsistencia de la población en manos de la climatología. Los años de escasas lluvias son años de hambruna y de gran vulnerabilidad para la población.Los últimos años como consecuencia de las irregularidades meteorológicas que desencadenó el fenómeno “El Niño” (Malawi y Etiopía fueron los países que más lo sufrieron), la escasez de alimentos ha sido muy grave. A esto se unió el azote del ciclón Idai (2019) que sufrió el sur del país, con consecuencias devastadoras. En 2022, la tormenta tropical Ana azotó Malawi, provocando los primeros casos de cólera que luego se convirtieron en lo que ha llegado a ser el brote de cólera (aún en curso) más mortífero de la historia del país, en un contexto de escasez de vacunas. Se han notificado 54841 casos y 1684 defunciones en los 29 distritos desde el 1 de marzo de 2022 (OMS 20 de homarzo 2023).
Y el último ciclón Freddy (marzo de 2023), el más largo de la historia, azotó la región meridional de Malawi. Ha dejado un saldo provisorio de 432 muertos, 918 heridos y 282 personas en paradero desconocido y más de 345.000 desplazados tras inundaciones causadas por el desbordamiento de ríos que afectaron a zonas residenciales, lo que dejó carreteras cortadas y casas arrasadas. Los distritos de Blantyre, Chikwawa, Chiradzulu, Mulanje, Mwanza, Neno, Nsanje, Thyolo, Phalombe y Zomba son las zonas más afectadas por la devastación y el Presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, ha declarado el «estado de desastre» y emergencia climática.
Estructura Sanitaria.
Carece de un sistema de salud desarrollado. Según las estadísticas disponibles, Malawi dispone de 1 médico por cada 65,000 Habitantes y una cama hospitalaria por cada 9,000. En la mayoría de los establecimientos de salud existe un déficit grave de personal y equipo básico. La mortalidad infantil y la mortalidad materna son muy elevadas. La esperanza de vida es de 64 años (54 años en el año 2015 que comenzamos nuestro programa). Las tasas de desnutrición grave son muy altas. La prevalencia del VIH/SIDA es sumamente elevada. Afecta al 7,7% de los habitantes (2021). La combinación de SIDA y desnutrición, debilita las defensas y aumentan el peligro de contraer y desarrollar formas severas de diferentes enfermedades. Esto a su vez, reduce la mano de obra disponible para las labores agrícolas y otras actividades productivas, lo que mantiene el círculo vicioso de hambre y enfermedad.
Existe una red de centros sanitarios, públicos y privados (mantenidos por ONGs en su mayoría). En nuestra zona diana, carecen de electricidad, agua corriente, material y equipamiento, y prácticamente de medicamentos. Están atendidos por personal sanitario (Clinical assistant y Clinical officer) y no cuentan con ningún médico entre su personal. Las especialidades médicas prácticamente no existen. Tan sólo Lilongwe y Blantyre disponen de algún médico especialista. Hay sólo dos dermatólogos en todo el país. La población en zonas rurales no dispone prácticamente de acceso a este tipo de asistencia.
Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que elabora las Naciones Unidas para medir la calidad de vida de los habitantes, teniendo en cuenta la esperanzo de vida al nacer, la educación y los ingresos per cápita, Malaui se encuentra en el puesto 171, por lo que sus habitantes están entre los que ocupan el peor lugar.